El caso de estos
pibes, es quizás diferente, por el hecho de contener casi la totalidad de las
características de un caso de gatillo fácil: Por empezar, el constante acoso de
la policía. En Lugano, como en todos los barrios más pobres del país, nada se
mueve sin que la comisaría del barrio lo sepa: droga, robos, prostíbulos,
puestos en la calle; nada escapa a su atenta mirada. Así es que en las primeras
oportunidades que tuvimos de charlar con Angélica, ella nos comento como a
Kiki, tiempo antes de su desaparición, y siendo menor, la brigada del barrio lo
amenazo frente a todo el mundo, en incluso le dieron una fuerte paliza, a plena
luz del día, frente a todos sus vecinos.
Dentro del periodo
de búsqueda, la misma policía alimentaba la esperanza de la familia comentando
que a Kiki, "lo habían visto en algún barrio, o que habían escuchado que
se había cruzado con tal o con cual". A Kiki lo matan el mismo día que
desaparece.
Hace ya casi un
año, cae en manos de la familia, un video que muestra los últimos momentos de
la vida Kiki. La secuencia, filmada desde un celular, muestra a Kiki sentado en
el asiento del conductor de un auto, agonizando víctima de una brutal paliza
propiciada por los hijos de re mil puta (no hay otro calificativo posible) de
los policías, que mientras tanto ríen, humillan e insultan a Jonathan. Uno
podría pensar: "con un video que demuestra lo que realmente ocurrió,
difundido posteriormente por la prensa (http://agrupacionkikilezcano.blogspot.com/2011/07/las-conclusiones-del-informe-del-centro.html),
donde se escuchan voces de fondo festejando la situación, la causa seguro llegó
a buen puerto, y se enjuició a alguno de los responsables; o al policía que
declaro lo del supuesto enfrentamiento, o a los peritos que avalaron la
mentira, o al juez de la causa." Pero eso no ocurrió. A la fecha, no hay
nadie procesado por el asesinato a sangre fría de Jonathan y Ezequiel. Sin
embargo, mediante la lucha y la presión llevada a cabo por la familia, siempre
apoyada y acompañada por nuestra Organización, las oxidadas ruedas del sistema
judicial se pusieron lentamente en movimiento. El video y la repercusión
mediática que alcanzó (en diarios y el programa Bajada de Línea, de Victor Hugo
Morales), por lo burdo, lo brutal, lo sádico de su contenido, resultó un tiro
por la culata para la impunidad que lamentablemente existe en la mayoría de los
casos.
A todo esto, le
podemos sumar los constantes hostigamientos para con la familia de Kiki, por
luchar por justicia: A punto tal, de golpear a sus hermanas, y detener a
Angélica tras inventarle una causa por robo, llevándosela en pijama de la
calle, y demorándola toda la noche en una celda donde fue, además, golpeada y
humillada.
Por todo esto,
consideramos que la respuesta no consta sólo en visibilizar los casos como
estos, pedir justicia para ellos y sus familias, sino en comenzar, de una forma
muy modesta, a apuntar contra las verdaderas causas. Más allá de la PFA , o la Bonaerense , que son las
fuerzas responsables de la mayor cantidad de los casos, las distintas policías
provinciales tienen el mismo comportamiento. ¿A que apuntamos con esto?
Justamente, a tener en cuenta que los distintos gobiernos se comportan de igual
forma, en lo que en términos técnicos se denomina una "política de
estado".