FRENTES

Los y las estudiantes van a las villas



El taller fue impulsado por el Centro de Estudiantes del Fernando Fader (CEFF), un colegio secundario que durante el 2010, tuvo participaciones activas en el barrio en varias oportunidades, haciendo Ollas populares, juegos y talleres. La iniciativa surgió al calor de la lucha, en medio de la toma simultánea de más de 35 colegios. La complejización de la discusión política, la necesidad de profundizar en los métodos de lucha, dieron como resultado que se empezara a quitar la mirada del árbol, para comenzar a contemplar el bosque. En medio de este clima de entusiasmo, cuando se daba el despertar de una conciencia más abarcadora, la charla que Angélica, la madre de Kiki, dio en el Fader durante la toma, funcionó de detonante. Inmediatamente después de terminada la charla, los pibes y pibas, sensibilizados en el mejor sentido de la palabra, sintieron la necesidad de llevar la lucha también al barrio.

Durante el 2011, el CEFF se propuso plantearse una actividad un poco más constante, más regular, más comprometida. Salió la idea del Taller de Arte, ya que nuestra escuela se inspira en las Artesanías, el diseño y las artes plásticas en general, y poder lograr desde nuestro lugar de secundarios, otro tipo de interés en los chicos. El taller todos los Sábados a la mañana fue realizado. Fue otro lugar donde ofrecer resistencia a la marginación, la discriminación, la muerte que se pone la máscara de policía o de vendedor de paco.

A su vez, creemos que la actividad no sólo fue importante por lo que podamos aportarle a los chicos y chicas del barrio, sino que en algún punto, representa un beneficio incluso mayor para los pibes y pibas del Fader, ya que es una excelente forma de acercar jóvenes de (en general) clase media, a una realidad cruda, difícil, pero a la que no hay que escaparle. Es entonces, un enorme logro que retomemos en la juventud un afán por no desviar la mirada, de arremangarse, de laburar con los pies en el barro por la fuerza de la convicción, sin esperar retribuciones económicas o puestos en ministerios o oficinas públicas. Así, cuando se lucha por algo más profundo que las viandas, las becas o el gas en los colegios, se llega a comprender más cabalmente y cara a cara el impacto que tiene en lo concreto lo injusto del sistema, que de otra forma se conocería quizás, sólo en teoría.