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En principio damos
una charla inicial en la que se tocan algunos ejes relacionados con el por qué
y el para qué seguir estudiando, la importancia de la educación pública, y
particularmente, la caracterización de la UBA. Hacemos hincapié
en la premisa del estudio universitario como un derecho pero también como un beneficio
y una cierta “inversión” a largo plazo. Tras una pequeña reseña histórica de la
composición de la
Universidad a lo largo de los años buscamos dejar en claro
que hoy en día las políticas que rigen la UBA no son completamente inclusivas. La gratuidad
es limitada, y sigue habiendo un gran impedimento para los sectores marginados
y las clases más humildes. Lo que tomamos como eje es que existe un cierto
“criterio de clase” para el estudio universitario. Esto es; en general,
aquellas personas con menos posibilidades materiales y con dificultades
económicas, se quedan afuera o se ven obligadas a abandonar sus estudios (en
todas las instancias, tanto universitaria, como secundaria e incluso durante la
primaria). La necesidad de trabajar para mantener una familia o aportar a los
gastos de una casa, hacen que sea muy difícil seguir algunas carreras. Pongamos
por ejemplo, la de medicina, en la cual este “criterio de clase” está muy
presente: la carrera exige un volumen de horas imposible de sostener para alguien
que depende del trabajo para vivir, en dos aspectos: tanto en los horarios de
cursada (casi siempre con extensas jornadas teóricas y prácticas a contra-turno
abarcando todo el día) como en el tiempo necesario para el estudio, de
cantidades enormes de contenidos sumamente complejos. Buscamos establecer esta
realidad lo más crudamente posible, no para desmoralizar a los chicos y chicas,
sino todo lo contrario, para incentivarlos pero desde la sinceridad y
mostrándoles a las claras cómo está pensado el sistema educativo, no por azar o
por gestión sino por una decisión política de fondo. Así, habiendo dejado en
claro esto, seguimos pugnando por que los pibes y pibas continúen con sus
estudios, y les ofrecemos mediante unas planillas contarnos qué carrera les interesaría
seguir. Posteriormente, con la devolución acercamos planes de estudio, posibles
lugares para anotarse, características de la cursada, etc., con el objetivo de
incentivarlos lo más posible. Para el mismo fin, recomendamos a los chicos que
se anoten en el programa de UBA XXI, ofreciendo nuestra ayuda para el estudio
de las materias a rendir por este medio, a modo de “apoyo escolar” especial, en
nuestro local del barrio (ver apartado “La Casita de Kiki Lezcano”).
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