FRENTES

¿Por qué la educación universitaria no llega a los barrios más humildes?

Universidad en los Barrios, es un proyecto que encaramos desde hace cuatro años en la escuela nº 4 Norma Colomatto (ex República de Tucumán), con la intención de acercarles a los chicos y chicas del barrio la posibilidad de interiorizarse sobre las características y el funcionamiento de la universidad pública, más concretamente, de la UBA.
En principio damos una charla inicial en la que se tocan algunos ejes relacionados con el por qué y el para qué seguir estudiando, la importancia de la educación pública, y particularmente, la caracterización de la UBA. Hacemos hincapié en la premisa del estudio universitario como un derecho pero también como un beneficio y una cierta “inversión” a largo plazo. Tras una pequeña reseña histórica de la composición de la Universidad a lo largo de los años buscamos dejar en claro que hoy en día las políticas que rigen la UBA no son completamente inclusivas. La gratuidad es limitada, y sigue habiendo un gran impedimento para los sectores marginados y las clases más humildes. Lo que tomamos como eje es que existe un cierto “criterio de clase” para el estudio universitario. Esto es; en general, aquellas personas con menos posibilidades materiales y con dificultades económicas, se quedan afuera o se ven obligadas a abandonar sus estudios (en todas las instancias, tanto universitaria, como secundaria e incluso durante la primaria). La necesidad de trabajar para mantener una familia o aportar a los gastos de una casa, hacen que sea muy difícil seguir algunas carreras. Pongamos por ejemplo, la de medicina, en la cual este “criterio de clase” está muy presente: la carrera exige un volumen de horas imposible de sostener para alguien que depende del trabajo para vivir, en dos aspectos: tanto en los horarios de cursada (casi siempre con extensas jornadas teóricas y prácticas a contra-turno abarcando todo el día) como en el tiempo necesario para el estudio, de cantidades enormes de contenidos sumamente complejos. Buscamos establecer esta realidad lo más crudamente posible, no para desmoralizar a los chicos y chicas, sino todo lo contrario, para incentivarlos pero desde la sinceridad y mostrándoles a las claras cómo está pensado el sistema educativo, no por azar o por gestión sino por una decisión política de fondo. Así, habiendo dejado en claro esto, seguimos pugnando por que los pibes y pibas continúen con sus estudios, y les ofrecemos mediante unas planillas contarnos qué carrera les interesaría seguir. Posteriormente, con la devolución acercamos planes de estudio, posibles lugares para anotarse, características de la cursada, etc., con el objetivo de incentivarlos lo más posible. Para el mismo fin, recomendamos a los chicos que se anoten en el programa de UBA XXI, ofreciendo nuestra ayuda para el estudio de las materias a rendir por este medio, a modo de “apoyo escolar” especial, en nuestro local del barrio (ver apartado “La Casita de Kiki Lezcano”).  

 En conclusión, se trata de que los jóvenes que pertenecen al sector más afectado por las políticas expulsivas, se apropien de aquel espacio que les pertenece por derecho, y así, ocupando el lugar que les corresponde en la sociedad, puedan formarse de a poco como universitarios provenientes de sectores humildes, que viven en carne propia la marginación y la discriminación, dando como resultado profesionales con una mayor sensibilidad social y un apetito de transformación de la realidad, hoy en día tan excluyente.